Para más nunca perder su amor por la libertad…
En la av. “José Felix Ribas” de San Juan de los Morros Estado Guárico, levantaron un hogar para cantores, poetas, pintores, artesanas y soñadores, para cultoras de plateadas lunas y talladores de sagradas fiestas populares que adornan con ritos y parrandas la alegría y magia de sabernos venezolanos, multiétnicos y pluriculturales. Ellos traen a la tierra la fértil danza de los astros, la amorosa cópula entre el amanecer y los crepúsculos cuando entre canto, pesca y ordeño, Koridel besa una Patria de papagayos, y anuncia soberana la independencia de su mundo ritual de agua y juegos.
La casa de los corazones nobles posee una gran mesa en que los pobladores se sientan a degustar, antiguas hazañas de orfebres que han hecho de la luz un banquete de amaneceres donde los niños hallan golosinas y confites rellenos de paz y hermandad, de mariposas y colibríes que llueven desde la Cruz de Mayo en los besos Constitucionales plenos de equidad y justicia. En este hogar todos somos hermanas y hermanos, llevamos el mismo traje hilado con la fuerza y ternura con que nuestra Madre común: La Guariqueña Venezuela, nos atavía mediante el Sistema Nacional de Las Culturas Populares; ésta es nuestra casa, a ella hemos llegado como al encuentro de la Patria Preferida, sus amorosos aposentos guardan atesorados secretos de creadores infinitos de la imagen, el hilo y la palabra, de partos de luz que alumbran sabanas y montañas a punta de fe y la sabiduría popular de los cocuyos en las manos que desandan las sendas arcillosas del misterioso río Portuguesa, para darle forma y perfil al alma que llevamos dentro y nombramos pueblo.
Ayer florecieron las vecinas entre las coquetas del patio, llegaron con las semillas aladas de las Madres del Barrio a poblar de colores y haceres las ventanas y puertas de esta casa colectiva; aquí entran y salen, caminando unas y volando otras, las ideas que navegan el Corazón de la Patria para tomar cuerpo en el sustento que nutre la sagrada esperanza por el mundo nuevo y bondadoso que nos está viniendo en carrusel de alegrías, desde el alma de los que siembran la paz para cosechar retoños intactos de vida. LOS HERMANOS DIABLOS DANZANTES acaban de besar la luna y sus hijos luceros, ellos llevarán la casa hasta otros lugares impresentidos donde esperan nuestra sangre transfigurada en música, baile y ritual, para fundirnos en las venas abiertas de América y el Mundo, y decirles altaneros que VENEZUELA EN EL SUR TAMBIÉN EXISTE.!
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